Hay piedras que trancan puertasFebrero 2, 2009 6:43 am Carlos Múnera Objetos del diseño
"En entrevista telefónica con mi señora madre rescaté los siguientes datos al día dos de febrero de 2009:
Que la piedra con que ella tranca la puerta tiene 44 años.
Que la piedra con que mi abuela y mi madre machacan el patacón tiene 45 años.
Que la piedra de menor tamaño con que maceran aliños y ramas pa las aromáticas tiene 35 años.
Que los anteriores datos pueden tener un margen de error de 1 año.
Que la piedra “del patacón” ha servido también para partir el coco y la panela y en pocas ocasiones ha servido de martillo.
Pues sí, me imagino que ustedes nunca se han preguntado (ustedes los que tienen piedra) cuántos años tiene la piedra con que trancan la puerta. Claro que como muchos de ustedes son tan pinchaos que viven en apartamentos, no saben de los que les hablo.
La piedra de trancar la puerta y la piedra de la cocina han pasado inadvertidas por muchos de ustedes, aunque los han acompañado por años, allí, silenciosas, al servicio humilde de su casa.
Vale la pena hacerle un breve homenaje a las piedras que silenciosas, los han acompañados por decenios en puerta y cocina. Un homenaje que podría traducirse en pintarla como lo muestra la foto tomada en Barichara Santander.
Pero ahí va mi pregunta para ustedes: ¿Cuántos años tiene la piedra de su casa o de la casa de su señora madre o de la casita de su abuela?"
"En entrevista telefónica con mi señora madre rescaté los siguientes datos al día dos de febrero de 2009:
Que la piedra con que ella tranca la puerta tiene 44 años.
Que la piedra con que mi abuela y mi madre machacan el patacón tiene 45 años.
Que la piedra de menor tamaño con que maceran aliños y ramas pa las aromáticas tiene 35 años.
Que los anteriores datos pueden tener un margen de error de 1 año.
Que la piedra “del patacón” ha servido también para partir el coco y la panela y en pocas ocasiones ha servido de martillo.
Pues sí, me imagino que ustedes nunca se han preguntado (ustedes los que tienen piedra) cuántos años tiene la piedra con que trancan la puerta. Claro que como muchos de ustedes son tan pinchaos que viven en apartamentos, no saben de los que les hablo.
La piedra de trancar la puerta y la piedra de la cocina han pasado inadvertidas por muchos de ustedes, aunque los han acompañado por años, allí, silenciosas, al servicio humilde de su casa.
Vale la pena hacerle un breve homenaje a las piedras que silenciosas, los han acompañados por decenios en puerta y cocina. Un homenaje que podría traducirse en pintarla como lo muestra la foto tomada en Barichara Santander.
Pero ahí va mi pregunta para ustedes: ¿Cuántos años tiene la piedra de su casa o de la casa de su señora madre o de la casita de su abuela?"
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Soy una admiradora de Carlos Múnera, me encanta lo que escribe y las imágenes que atrapa y comparte con nosotros. Este texto me ha gustado mucho y por eso de su blog. al mío.
Aquí como le prometí, digo de dónde tomé (con su permiso) un texto que me ha gustado tanto !
-Es que yo soy una enamorada de las piedras. No de los brillantes y esmeraldas... aunque son muy bonitos!
Las piedas que a mi me enamoran son las piedas de las cuencas de los ríos, me enloquecen las que se levantan a la vera del camino o al pie de una montaña... o a la orilla del mar.
Por eso mis conocidos no se sorprenden de mi petición cuando alguien me pregunta:
"Qué querés que te traiga.??...
Allí sale mi vos directa y sin dudas: "Una piedra!"
Ja! y casualmente... tengo piedras de Colombia! piedras bien gordas y redondas igual que un huevo de avestruz....
Ah!... también tengo otras del fondo del río de alguna finca, con forma de rombo y con un tono azulado... Tengo unas de tono blanco y con forma de corazón....
Y también tengo otras, pequeñitas y otras muy pequeñitas ... que las levantó la mano de una persona que no se olvidó de mi petición y en una playa de Cádiz, las llevó pensando en mi.
Pero tengo unas muy antiguas.
Esas pertenacían a Ricardo, mi gran amor! Son muy grandes y semipreciosas.
También tengo amatistas, lapislázuli, unas que le llaman huevo de trueno....
En fin ... algunas que tienen tonos de la bandera del club de fútbol de mis hijos. Estos siendo pequeños la encontraron y la trajeron diciendo: - Mirá mamá una piedra de "Boca" ( porque la cruza por el medio una franja amarilla)....
En fin... tengo piedras que están en la casa desde hace por lo menos 70 años y otras apenas uno.
....
Pero entre ellas forman lo que yo he llamado "el bosque de piedras"...
Y me encantan... y creía que yo sola tenía esa "manía".
Pero no!... Ultimamente me he encontrado con muchas personas como yo, que juntan las piedras bonitas, o por lo menos las que les resultan atractivas por algún motivo.
Así que en cuanto María me envió este relato de nuestro querido y admirado Carlos Múnera... me encantó y lo quise compartir con ustedes.
Pero les voy a decir algo.
Si alguno de ustedes quiere conocer Colombia, con su gente, sus frutas, sus flores, sus calles y su humor? Visite el Blog de Cárlos Múnera y seguro que lo va a tener como favorito.
Bueno hasta la próxima.... Aquí en Buenos Aires, Capital, estamos aprovechando para descansar "todo junto" y "apurado" porque ha refrescado un tanto y queremos aprovechar estas noches "ricas" para dormir en forma !
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