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Era la nochecita del 6 Agosto de l945.
Mi madre traqueteaba en la amplia cocina llena de los olores de lo que en lo secreto, bailaba dentro de la olla, sobre la cocina económica.
La mesa ya puesta, con su mantel a cuadros, los platos hondos, el pan crujiente, y en el medio como un rey en el tablero de ajedrez: el sifón.
Es que mientras en la antigua radio se escuchaba a los Pérez García, al igual que en todas las casas del barrio,... sabíamos que era inminente la llegada del papá...
Me recuerdo en esa noche.
Simplemente me veo sentada frente al milagro de la mesa servida. De tener frente a mi el plato de humeante sopa .
Era la sopa que surgió del caldo resultante del puchero del mediodía. Ese caldo rico en sabores y verduras era adornado con fideos y queso rallado (Para el que gustase)...
A eso le sumo el hecho de que era servido por las manos de mi madre. En ese entonces, manos jóvenes, con dedos largos y artísticamente terminados con una uñas almendradas y rosadas, siempre prolijas... siempre cuidadas.
Mis ojos bailarines, recorrían la escena y el rostro de cada uno, mientras llevaba cuchara a cucharada la sopa hasta mi boca.
La humedad que desprendía dejaba mi pequeña nariz brillosa y mis labios con su rojo más marcado, como si estuviesen maquillados.
Miraba a mi madre con su cabello negro recogido prolijamente, controlando que todo marchase bien durante la cena.
Miraba a mi padre que comía de tal manera que aún en el recuerdo me despierta el apetito.
Y mi hermana mayor pateándome por debajo de la mesa y con cara de "no pasa nada"...
Yo tendría unos 3 años y medio y mi hermana dos años más.
Tiempo y muerte no existen!!!
No puedo percibir en esos tiempos y en esos momentos ninguna sensación de peligro...
No dejo que se fugue ni el más imperceptible de los halagos que recibían mis sentidos.
No dejo que se escape ni una de esas imágenes ni que se pierda esa inmensa sensación de seguridad.
El mundo esa noche para mi era ese nido, calentito y sabroso, compartiendo la sopa sustanciosa junto a mi familia y con mis padres sanos y fuertes.
Llenaba mi boca de sopa olorosa y caliente, sin dejar de mirar a "los míos" y sin dejar de sentir el pie de mi hermana por debajo de la mesa.
¡Cómo podía percibir que a esa hora, en ese instante, al otro lado del mundo sucedía algo terrible?
¿Quién podía saber que estallaba el infierno con un viento caliente y mortal al otro lado del mundo?
¡HIROSHIMA!
Justo en ese momento relampagueó sobre el cielo de Hiroshima la Primer Bomba Atómica!
Silencio.... silencio....
Y la niña tomaba su sopa.
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Irónicamente la bomba lanzada se llamaba "pequeño niño"... .
martes, 29 de septiembre de 2009
En Agosto y hace tiempo!...
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