Toc! Toc! Toc!...
No presté atención, pues no esperaba a nadie...
Plap! Plap! Plap! ...
Insistían y yo no quería dejar el interesantísimo intercambio de ideas con mi amiga.
Triiiiiiiin!!!!!!
Insistente el timbrazo, me hizo sobresaltar y largar un improperio!
Como a esa hora pasan un sinfín de cartoneros y entre ellos otros amantes de lo ajeno y otras yerbas, aunque decidida a saber qué pasaba, me deslicé pegada a la pared para mirar por detrás de la cortina sin que me viesen.
Una mujer desconocida, con la melena parada de sucia y coronando su mechas con distintas peinetas y hebillas de colores, portaba en sus manos una caja aparentemente pesada.
Huir? no puedo....
Uich! qué es lo que hago?
Si es alguien cargoso y medio loco? Me voy a poner mal... por no poder solucionarle nada.
Así quedé un rato mirando lo que hacía esa señora un tanto extraña!
La misma se alejó unos pasos y vi que llevaba unos cuantos vestidos y faldas encimadas, y cada una de ellas de distinto largo daban al borde de su vestimenta un adorno muy personal.
Apoyó la caja en la entrada de mi casa. Caja que a esas altura imaginaba llena de harapos y cacharros, algo típico de los sin techo.
Se alejó un tanto más y silbaba mirando y estudiando las ventanas del primer piso,insistiendo de esa nueva manera, tratando de que alguien de la casa la atendiera.
Cuando se cansó, porque a la terquedad de ella se sumó la mía. Se sentó en el cantero debajo del granado y se estiraba rítmicamente arrancando los frutos hasta donde llegaban sus manos.
-"Me cacho!" - gritó la Mafalda que llevo incorporada.
Esperé largo rato y como se había apostado como para pasar largo rato, me fui hasta el interior a seguir con mis textos pendientes....
Me acordé como a la hora de lo que pasaba en mi vereda, frente a la puerta, en el cantero alto debajo del granado.... y ya decidida a atender para terminar con la situación y para calmar mi curiosidad... tomé el llavero y salí al porche....
Allí, ya no estaba la extraña señora, pero en la vereda, contra la reja había abandonado la caja de cartón corrugado...
Qué hago? Ella no está por aquí! No le veo por ningún lado!
Hummm! que hago?
Abrí la reja y con el pie toqué la caja.
Pensando que tal vez estaría lleno de sus ropas y cacharros.... pero no hacían ruido...
Era como algo pesado y mórbido lo que se deslizaba dentro del misterioso "regalo" abandonado....
Me incliné y con la punta del pie levanté una de las aletas de la caja que se encontraba trabada con otra de las mismas.
Y por allí vi como el cuello de un abrigo gris y blanco....
Luego destrabé la otra aleta y ohhhh!!!
Lo que me dejó en la caja eran cinco gatitos de pocos días de nacidos.... !!!
Buena fatiga me espera dije para mis adentros! Los ingresé a la casa lejos del alcance de Fidel, que aunque viejo todavía le funcionan sus manías de guardia de su sitio.
Llamé a la veterinaria, llamé a unas amigas, compramos todo lo necesario.... y allí la repartija.
Realmente hay mucha gente buena, y los gatitos tan bonitos!
No quedó ninguno, en pocas horas cada uno en su casa con su nueva mamita de dos patas.
¡Gran oficio el de mamá sustituta cuando son muy pequeños!, nos dijo la doctora..
Prepararle el minibiberón no es nada, sino que después hay que estimularlos con un algodón mojado y tibio para movilizarles los intestinos como lo hace mamá gata con su lengua....
Así que tarea cumplida! A pesar de la resistencia lo mismo me tuve que encargar del regalo abandonado!
Qué tal?
Así uno se olvida de sus penas y temores!!!
Ja ja ja!
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