Gracias Dios mío!
En mi jardín sigue la vida!
¡Con tan poco la naturaleza se encarga de enriquecer nuestros ojos, nuestros oídos, nuestra vida!
Tiramos una semilla y todo se vuelve flor y fruto...
Tenemos paciencia en no alborotar el medio y pronto se acercan los pájaros y anidan...
Y todo se multiplica a tal punto que tengo que andar regalando pequeños árboles y plantas diversas....entre vecinos y amigos.
Esta vivencia hace que se aplaquen un tanto los dolores que provocan los desastres y maldades del mundo....
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