Bernardita era una pequeña niña, de rubio cabello, que anudado con cintas de colores rosas y amarillas, dejaba escapar pequeños sarmientos de oro que a la luz la hacía lucir más bella aún.
Ella solía mirar a su madre durante mucho tiempo. Como estudiando cada gesto, cada pelo que se escapaba de su peinado.
Era como un trabajo continuo que se tomaba la niña, buscando y buscando quién sabe qué razones.
Hasta que cierto día, en el horario en que la madre estaba así, en silencio y con los labios apretados.... llegó a la casa su abuela.
La anciana se asomó un poco y miró a su hija en el más oscuro de los rincones de la cocina, en silencio... con los labios sellados.
Volvieron ambas a la sala, la niña y la anciana. Mientras esta última acomodaba su bolso y su capa sobre el piano , miraba a la niña formulándole preguntas con las luces y sombras que salían de sus ojos.
La niña esperó que su abuela se sentara en el sillón, tan estirada como acostumbraba... y entonces antes de que se apagaran los destellos preguntones que despedían los ojos de la corpulenta señora... le respondió lo siguiente:
- "Sabés Abu?...
"Es que... mi mamá tiene la sonrisa más hermosa del mundo.
"Y sabemos bien lo que todo el pueblo comenta: "Que cuando ella sonríe se llena de sol el pueblo."
"Entonces, he comprendido al fin abuela.
"Mi mamá cierra muy fuertes los labios cada atardecer para no confundir al mundo.
- "Qué dices niña?" - preguntó la vieja señora
- "Qué es lo que sabes? Cómo confundir qué? Me puedes explicar "eso" un poco mejor?..."
- "Es sencillo Abu...Pues que si cuando ella sonríe sale el sol en el pueblo, te imaginas si sonríe de noche?..."
- "Pues.. ps..." - se animó a agregar tímidamente la anciana muy interesada en toda esa historia.
_ "Pensá abuela, es sencillo:Toda la gente saldría a trabajar sin haber dormido porque un día y otro día se seguirían. Y nunca... nunca, nunca, nadie dormiría, y todo sería un flor de lío....
No es así Abu?"... terminó increpándola la niña, clavándole sus ojos bien redondos y lleno de chispas de alegría por lo que había descubierto.
La abuela movió la cabeza asintiendo y le acarició la rubia cabeza...
Nunca le diría que su madre cada atardecer mordía su boca para no llorar a gritos porque su amor no volvía.
Qué sentido tendría llenar de sombras la mente de la niña, cuando tanta belleza había puesto en la respuesta que con gran trabajo había llegado a componer.
- "¡Bernardita! ¡Es verdad....! ¡Qué lío se armaría!!!!????..." - agregó la anciana mientras juntaba sus manos haciendo sonar una breve palmada.
Y trató de reír acompañando a los cascabeles que resonaban en la sala, porque la niña estaba feliz por haber descubierto que el secreto de su mamá era bien bello...
-"Al final Abu... gracias a que mi mamá se cuida así, las gente del pueblo duerme y al otro día todos trabajan felices.¡ Qué bueno tener una mamá así! ...
¿Verdad Abu???" - concluyó la niña buceando con sus claros ojos los oscuros ojos de su abuela.
y de un salto se acomodó en el regazo mullido y los brazos aún vigoroso de la anciana la rodearon como las alas de un cisne... y la niña se dejó acunar por ella.
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