Cómo sigue la historia?
Cómo siguió la vida de ese joven y su relación con la familia?
Vamos a saltear varios años en la vida de la niña para situarnos en el punto en que retornó el joven y cambió el destino del grupo familiar completamente.
Fue en un otoño, casualmente, en que el joven rubio y simpático, con su inconfundible e imborrable sonrisa de costadito... con sus ojos brillantes de color miel y sombreado de espesas pestañas, entró por el portón de la Calle Alvarez Thomas l600 como quien entra en su propia casa.
. "Hola!!! Don Elías!!! Viejo, cómo esás??? - fue la pregunta con que se presentó ante el padre de familia ganándoselo de entrada...
- "Hooolaaa!!! Qué tal??? Cómo es que se te dio por venir por aquí???
- " Quería saludar a la familia y contarle algunas cosas"... - le dijo Rulito.-
- "Bueno, dale, metele nomás que te escucho. - le animó Don Elías apoyándose en el banco y limpiándose las manos con el trapo que siempre llevaba sobresaliendo del bolsillo de atrás de su mameluco.
- "Mire... yo... recibí de mi suegro... un tallercito modesto pero que está bien ubicado... cerca de Triunvirato y Avda. de los Incas...
- " Entonces...??? - le interrumpió don Elías el discurso pero para darle ánimos a que continúe con confianza.
- "Y que no me va bien! Eso. Que me va como el culo! Es que me da vergüenza que mi suegro llegue a la conclusión de que mi conocimiento sobre mecánica no son suficientes como para tener mi taller propio y que no me deje casar con su hija...
- "Y entonces? Qué? Dale!!! Con confianza...! - le sigue entusiasmando don Elías .
- "Es que yo quería pedirle Don Elías... si usted no vendría conmigo para levantar un taller como la gente... Viejo, usted es como mi padre o
por allí, más que él. Y yo lo necesito, es muy importante para mi...
imagínese que de eso depende mi futuro. Y usted sabe afinación y todo lo que da más en esto de los motores y podríamos ganar mucho dinero.
- "Pero yo... tengo familia, dos hijas.... no es fácil dejar todo para irme a hacer todo de cero!!!" - le contesta Don Elías con voz titubeante...
- Y negrita sentía que tenía ganas de tomar un fierro y partírselo en la cabeza o por lo menos tomar la manguera y mojarlo de arriba a abajo a ese "Rulito", fayuto, mal nacido, te detesto, mentiroso, avivado....etc.
Todo estos calificativos le mandaba con su pensamiento la niña. Y realmente si hubiese podido realizar cualquier acción para evitar que continuase el discurso que se estaba mandando frente a su padre ese "bueno para nada" lo hubiese hecho, sin dudar un segundo.
Y siguió la andanada de palabras y súplicas...
Y negrita se dijo: "Esto me recuerda cuando vino siendo niño de la mano de su madre, la madre lloraba con sus palabras para que mi padre se condoliese de ella. Ahora el hijo, bien aprendido del método, ejercía la misma presión sobre el bondadoso de mi padre."
- Y cuando la niña escucho que su padre le decía: "Dame tiempo para pensarlo... y después te contesto". - la niña pensó:" Estamos en la parrilla, este nos come a todos. Ma que trato ni que trato, con esta gente no se puede. Pobre mi padre y pobres nosotros."
Y se fue muy triste para el umbral... esperando que sea la hora de almorzar y ver la posibilidad de cazar algún pensamiento o determinación de sus padres. Ella estaba muy preocupada. Y lo bien que hacía.
Desde el umbral vio como se fue el tal Rulito y estando aún allí, escuchó la voz de su madre que a coro con otras cuantas madres de la cuadra llamaba: "Vamosss a comerrrr!!!"
Y la niña se levantó y obediente rumbeó para la cocina.
Estando cada cual, muy calladito en su lugar, comenzaron a compartir los alimentos.
Ya en el momento de la sobremesa Don Elías comenzó a deslizar de a poco, lo que negrita ya sabía.
Ella espiaba la cara de su madre, que pasaba de tener el seño fruncido hasta pasar por los ojos desorbitados, y se decía: "no le gusta ni medio":
A todo lo que su padre decía, le seguía el silencio de su madre.
Al final ella le pregunta:
- "Y en calidad de qué irías vos allí? Tené en cuenta que aquí vos sos tu propio padrón y allí qué serías?"
- Y don Elías respondió:
- "Y qué voy a pasar a ser? El Socio!!! Por supuesto...
Y Doña Eloísa le dijo después lo charlamos...
Y allí terminó todo! Negrita por un largo tiempo no supo nada de todo ese embrollo y creyó que había quedado todo en la nada.
Qué equivocada que estaba!!!!
Ya veremos cómo sigue la historia.....
...............///
Cómo siguió la vida de ese joven y su relación con la familia?
Vamos a saltear varios años en la vida de la niña para situarnos en el punto en que retornó el joven y cambió el destino del grupo familiar completamente.
Fue en un otoño, casualmente, en que el joven rubio y simpático, con su inconfundible e imborrable sonrisa de costadito... con sus ojos brillantes de color miel y sombreado de espesas pestañas, entró por el portón de la Calle Alvarez Thomas l600 como quien entra en su propia casa.
. "Hola!!! Don Elías!!! Viejo, cómo esás??? - fue la pregunta con que se presentó ante el padre de familia ganándoselo de entrada...
- "Hooolaaa!!! Qué tal??? Cómo es que se te dio por venir por aquí???
- " Quería saludar a la familia y contarle algunas cosas"... - le dijo Rulito.-
- "Bueno, dale, metele nomás que te escucho. - le animó Don Elías apoyándose en el banco y limpiándose las manos con el trapo que siempre llevaba sobresaliendo del bolsillo de atrás de su mameluco.
- "Mire... yo... recibí de mi suegro... un tallercito modesto pero que está bien ubicado... cerca de Triunvirato y Avda. de los Incas...
- " Entonces...??? - le interrumpió don Elías el discurso pero para darle ánimos a que continúe con confianza.
- "Y que no me va bien! Eso. Que me va como el culo! Es que me da vergüenza que mi suegro llegue a la conclusión de que mi conocimiento sobre mecánica no son suficientes como para tener mi taller propio y que no me deje casar con su hija...
- "Y entonces? Qué? Dale!!! Con confianza...! - le sigue entusiasmando don Elías .
- "Es que yo quería pedirle Don Elías... si usted no vendría conmigo para levantar un taller como la gente... Viejo, usted es como mi padre o
por allí, más que él. Y yo lo necesito, es muy importante para mi...
imagínese que de eso depende mi futuro. Y usted sabe afinación y todo lo que da más en esto de los motores y podríamos ganar mucho dinero.
- "Pero yo... tengo familia, dos hijas.... no es fácil dejar todo para irme a hacer todo de cero!!!" - le contesta Don Elías con voz titubeante...
- Y negrita sentía que tenía ganas de tomar un fierro y partírselo en la cabeza o por lo menos tomar la manguera y mojarlo de arriba a abajo a ese "Rulito", fayuto, mal nacido, te detesto, mentiroso, avivado....etc.
Todo estos calificativos le mandaba con su pensamiento la niña. Y realmente si hubiese podido realizar cualquier acción para evitar que continuase el discurso que se estaba mandando frente a su padre ese "bueno para nada" lo hubiese hecho, sin dudar un segundo.
Y siguió la andanada de palabras y súplicas...
Y negrita se dijo: "Esto me recuerda cuando vino siendo niño de la mano de su madre, la madre lloraba con sus palabras para que mi padre se condoliese de ella. Ahora el hijo, bien aprendido del método, ejercía la misma presión sobre el bondadoso de mi padre."
- Y cuando la niña escucho que su padre le decía: "Dame tiempo para pensarlo... y después te contesto". - la niña pensó:" Estamos en la parrilla, este nos come a todos. Ma que trato ni que trato, con esta gente no se puede. Pobre mi padre y pobres nosotros."
Y se fue muy triste para el umbral... esperando que sea la hora de almorzar y ver la posibilidad de cazar algún pensamiento o determinación de sus padres. Ella estaba muy preocupada. Y lo bien que hacía.
Desde el umbral vio como se fue el tal Rulito y estando aún allí, escuchó la voz de su madre que a coro con otras cuantas madres de la cuadra llamaba: "Vamosss a comerrrr!!!"
Y la niña se levantó y obediente rumbeó para la cocina.
Estando cada cual, muy calladito en su lugar, comenzaron a compartir los alimentos.
Ya en el momento de la sobremesa Don Elías comenzó a deslizar de a poco, lo que negrita ya sabía.
Ella espiaba la cara de su madre, que pasaba de tener el seño fruncido hasta pasar por los ojos desorbitados, y se decía: "no le gusta ni medio":
A todo lo que su padre decía, le seguía el silencio de su madre.
Al final ella le pregunta:
- "Y en calidad de qué irías vos allí? Tené en cuenta que aquí vos sos tu propio padrón y allí qué serías?"
- Y don Elías respondió:
- "Y qué voy a pasar a ser? El Socio!!! Por supuesto...
Y Doña Eloísa le dijo después lo charlamos...
Y allí terminó todo! Negrita por un largo tiempo no supo nada de todo ese embrollo y creyó que había quedado todo en la nada.
Qué equivocada que estaba!!!!
Ya veremos cómo sigue la historia.....
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