Me siento bien con Dios!
Es más, me siento cómoda y feliz con El!
Y en la oración, o en el silencio, con El... comparto los mejores momentos de mi vida.
En unos de esos momentos, en el día de hoy... meditaba en que Él fué mi mejor amigo.
Él nunca me dio lo que resultara malo para mi.
Él jamás me dio piedra cuando esperaba pan.
Además debo reconocer que casi nunca me dio lo que le pedí, sino lo que realmente necesitaba.
En verdad en el día del amigo... recordé que Él era el mejor y que en casa tenía trabajo.
*
Les cuento que los jóvenes de la casa hoy se reunirían para festejar el día del amigo... y entonces procuré tener bebida fresca, mantel bonito y copas y servilletas descartables.
¡Lo demás?
De lo demás se encargan ellos...
*
Llegaron en grupos y ya....
Desde la planta alta puedo escuchar sus risas y murmullos ante algún video o comentario...
Entonces ante la pantalla se me juntan los sentimientos que me llevan a la oración, a la meditación y a sacar un recuerdo y compartirlo con ustedes.
*
Pues... esto último comienza a surgir y allí mis dedos teclean las ideas...
Me voy a muchos años atrás. Voy caminando hacia la avenida y de mi mano va Nacho...
Con sus apenas 3 años, sus ojitos vivaces, el pelo lacio y su boca movediza como un volado realizado con una cinta de raso. Y por entre sus labios se le podían ver como granitos de arroz sus pequeños dientes "de leche".
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Así era el niño, uno de los que Dios me dio por préstamo en un tiempo determinado... y que con amor y determinación , yo me había propuesto realizar el mejor de los trabajos en ese pequeño.
Ese día más que cualquier otro, Nacho había pronunciado mi nombre hasta el cansancio.
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Nacho tenía por costumbre, desde que se levantaba hasta la noche cuando era vencido por el sueño, el de llamarme con distintos tonos...:
*
* Agudos y estridentes, cuando peleaba con los otros integrantes de la casa.
* Susurrante, cuando había hecho algo inconveniente y venía por el perdón antes de pedir
disculpas...
* Otras, con sordina, porque atravesaba las mucosidades que taponaban su pequeña nariz.
* Otras temblorosa y fuerte, cuando se emocionaba por alguna sorpresa que en forma de regalo o de paseo llegaba hasta él.
*
Así íbamos los dos por la calle y por alguna razón yo estaba tratando de que entendiera que debía ser menos quejoso y ser más agradecido.
- "Y cómo es "esho de agradesher"?" ... me pregunta el niño.
- "Y.. por ejemplo... cuando te regamos un alfajor... tú le debes decir Gracias a Dios! por tan rico alfajor!... " comprendés?".. trataba de ser lo más didáctica posible.
Bajé la mirada y busqué los ojos de Nacho y me di cuenta que no estaba muy convencido de haber logrado ni un poquitito de comprensión.
*
Nacho se suelta de mi mano y con una seña de su pequeña mano me indica que lo espere.
- Con mirada seria, mete la mano en el bolsillo del pantalón y saca un caramelo.
- Retarda el paso y con una gota de saliva que se le escaba de la boca por cuanto ésta anticipaba el sabor del manjar que todavía estaba envuelto en el papel dorado.... comienza el arduo trabajo de despegar el envoltorio.
- "Mirá Isha, (así me llamaba), cómo se me pegan los "papelesh" al caramelo! Ufa!... esperá, esperame un poquitito... " Y se detuvo por completo.
Limpió prolijamente el caramelo de todo rastro de papel y luego de que el caramelo se perdiera en su ávida boca, pegó un grito terrible:
....
-"¡Gracias Dios por el Caramelo¡"...
...
Me tomó de sorpresa y pegué un salto brusco.
Aunque no hice ningún comentario... pensé que por lo menos estaba poniendo en práctica lo que le enseñé.
Pero me quedé con la duda, conociéndole a Nacho, si el pequeño no me estaba" tomando el pelo"... y que se estaba divirtiendo a mi costa.
A partir de ese preciso instante no dejó de dar gracias por todo:
*
*¡Gracias porque pude saltar!
*¡Gracias por la leche!
*¡Gracias porque juego!
*¡Gracias por el Sol!
*¡Gracias... gracias... gracias...
*
Pero lo que hacía que por la nochecita ya estuviese arrepentida de haberle enseñado lo que el niño había tomado tan a pie juntillas, era el tono chillón y el volúmen elevadísimo conque lo pronunciaba.
Una vez en casa, le sirvo la leche con galletitas y sale presuroso y en el medio del jardín lanza un:
*Gracias Dios por la leche y las galletas!!!"
No solamente que casi larga leche y galletas fuera de la mesa, sino que fue tan grande la estridencia conque salió la grtitud de su boca , que desde el edificio de al lado se corrieron las persianas para mirar qué ocurría.
Entonces me dije que tenía que buscarle una solución a ese mal entendido ...
El niño no se hizo esperar y luego de sentarse en la silla que tenía el almohadón para agregarle la altura que necesitaba para llegar al tazón sin hacer un lío en el mantel y en su ropa... me clavó sus ojos llenos de orgullo y como esperando una felicitación de mi parte.
No sabía cómo decirle ni por donde comenzar a corrergir lo que estaba pasando.
Es tan pequeño! ... pensé.
Entonces comencé por el principio.
Pregunté con voz dulce...:
- "Nachito... decime... porqué gritás tanto? Eh? "
- "Cuándo?" me repreguntó mientras mojaba las galletas de chocolate en la leche caliente."
- "Y... cuando das las gracias a Dios... Porqué gritás tanto?"
- "Y... cuando das las gracias a Dios... Porqué gritás tanto?"
Esperé a que terminara de tragar todo lo que había cargado en su boca.
Al rato con grandes movimientos de brazos y sacudiendo la melena ... me contestó:
-"Cómo por qué grito? ¡No te das cuenta que Dios vive lejos y que si no grito no me escucha?"
y siguió con su tarea de ablandar sus galletas en la leche y parecía que daba por terminada la conversación.
Me sorprendió la sencillez y la concordancia que tenían sus gritos y el lugar en donde el tenía como destino que llegara su voz.
- "Mirá te voy a contar que Dios está en todas partes pero que también vive en tu corazón... no tienes ni siquiera que hablar para que Él sepa lo que le querés decir".... y no se porqué sentí que cada vez lo empeoraba más a ese asunto de aclarar... que generalmente termina oscureciendo!
- "Ajá! Así es entonces?... Bueno ... está bien... no voy a gritarle más entonces..." y diciendo eso, terminaba la merienda y la conversacion.
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Salió hacia el jardín y al rato mientras guardaba la vajilla, entró Nacho muy agitado y me dice... :
- "Isha"!!! Yo no lo escucho a Dios adentro mío.... !!! porqué mirá: y me muestra una cicatriz que tenía en medio del pecho (de una operación que había sufrido hacía tiempo atrás).....
- "Y eso qué quiere decir?" - le contesté tratando de ganar tiempo porque presentía que tendría que enfrentarme con una situación bastante difícil de solucionar.
-" ¡Que me lo han sacado! Isha.... Que me han sacado a Dios de mi pecho!!!!! Me lo han sacado!!!!".
Y era tan desgarradora su conclusión y le vi tan pequeño al dramaturgo, que puse mis rodillas en tierra y abriendo mis brazos lo guardé junto al corazón y le dije bajito:
-"¡No Nachito!... quedate tranquilo que Él está... que nadie te lo sacó... Otro día volveremos sobre el tema...." ( lo consolaba y ganaba tiempo para ver cómo encarar algo tan difícil como el brete en que me metí con un niño tan pequeño)....
- "No te preocupes Isha! Yo también creo que no me lo sacaron, porque Él es muy vivo y no se deja ver de nadie!.... pues claro! Él sí que sabe jugar a la escondida!...." y riendo se fue a seguir con sus juegos....
-" Si creyésemos como niños qué fácil sería vivir sin penas ni miedos absurdos!"
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1 comentario:
kien es nachito???
:D esa historia me hizo derramar una pekeña lagrima...
muy muy bonito y simpaticon el texto...
una vez mas... ud. para mi es la mejor escritora q conosco...
ah! y pondre el primer parrafo de su texto en mi espacio, obviamente diciendo q esta magnifica escritora lo hizo.
su destreza es impresionante sobre el teclado.
con mucho cariño: Sirod!
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