Insomnio ... y café

Insomnio y Café
Dedicado a Doris Steffy una simpática y ocurrente niña peruana.
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Ya era el anochecer de un día cualquiera de otoño. La reunión de esa noche era un tanto especial.
Por ello apreté el paso para no retrasarme demasiado. Llegué a la ancha avenida en donde estaba situado el departamento en el que presumí por la hora, ya estarían varios de los invitados esperando mi llegada.

El edificio se divisaba entre el resto de las casas circundantes no por su altura si no por su construcción moderna, sobria, elegante…

Agitada llegué hasta el portero eléctrico y pulsé el botón del piso en donde seguramente Amelia atendería con su voz entre ronca y disfónica que la hacía inconfundible.
Tras el consabido: “Hola… quién?”… siguió un:: “adelante”….
Me sonreía por dentro por lo predecible de cada tiempo y movimiento que se sucedían en cada uno de los encuentros… tan diferentes a los que se realizaban tanto en mi casa como en la de los otros amigos.

Amelia realmente tenía siempre todo bajo control.

Ya en el piso correspondiente, pude asombrarme por el dibujo simétrico que lucía el mismo gracias a un buen colocador de cerámicos, realmente un artista. Todo el pasillo con sus blancos y negros brillosos como húmedos reflejaba la luz de los spots que lucían las paredes…. Así fue como jugando fui pisando los dibujos. Los triángulos, los rosetones, rombos , líneas y cuadros... los iba sorteando, pisando o saltando como jugando a la rayuela. Ja , ja, ja! "¡"Persona grande!" - susurré y antes de llegar a la puerta abandoné mi juego.
“ Asombroso el diseño, parece una alfombra! “ – me dije y llamé a la puerta.

Efectivamente, tal como pensé, ya había gente esperando para comenzar la reunión.

Todos confortablemente sentados, animados, saboreando un café casi tan exquisito como el que estoy saboreando mientras recuerdo y escribo estas líneas…

Trataré de recordar lo más exactamente posible el cuadro que se presentaba ante mis ojos.
En los sillones que daban hacia el balcón, se encontraban las jovencitas que siempre se anotaban para ver qué pasaba.
Hacia los laterales, en butacas y sillas dispersas por la sala, también sorbiendo su aromático café se hallaba Eliana, la bella locutora profesional, Mariana, la que concurría para encontrar respuestas a un sinfín de preguntas ; Irene y Juan un matrimonio joven pertenecientes a la Iglesia Católica; Roberto, Javier y Juan Carlos estaban un poco más retirados y los noté un tanto anhelantes.

Amelia me llamó y me informó que estábamos a punto de conocer a una profetiza ,en cuando llegase el matrimonio de María Rosa y Julián quienes habían prometido traer la que era muy conocida en una iglesia evangélica de los Estados Unidos de Norteamérica..y su cadena electrónica.

- “¡¡Una Profetiza????” Preguntaron unas señoras que evidentemente no estaban al tanto de nada.
- “ Pues sí … eso era lo que nos prometieron hace una semana.” Respondió Amelia.

En esa espera estábamos mientras comentábamos los últimos acontecimientos en las distintas iglesias a las que cada uno de los presentes pertenecía. Allí nos encontrábamos protestantes de distintas denominaciones y algunos católicos también… pero todos con un íntima convicción de ser cristianos.
Habían pasado apenas unos quince minutos cuando sonó el portero y en la sala se escuchó un murmullo ahogado y todos se movieron un tanto del lugar en que estaban situados….
- Esto demuestra que a todos nos intriga mucho la presencia de esta mujer – me dije para mis adentros.
Y como el resto de los allí reunidos dirigí mis ojos hacia la puerta principal.

Cuando me presentaron a esa señora, me llamó la atención su físico aparentemente muy débil, de pequeña estatura, delgada, rubia , de ojos claros y realmente bonita.

Nos fuimos reacomodando y al final quedé enfrentada con esta señora y la anfitriona Amelia desplazada hacia mi derecha.

Para comenzar como siempre nos dispusimos a orar…

A poco me sobresalté por percibir delante de mí, entre la “profetiza” y yo, una presencia de luz.
Realmente era una gran figura , y aunque plegadas se le notaban claramente sus enormes alas cuyas puntas llegaban casi hasta el piso. Evidentemente era un Ser de luz de unos dos metros de altura.
Yo, como sabía que debía hacer, le pregunte mentalmente: “quién eres?” y a esa pregunta respondió: “Soy el Ángel de la Muerte”. Reprendí la presencia y traté de seguir orando acompañando al resto... pero no podía seguir, me invadió una gran intranquilidad y tratando de no molestar giré sobre mi asiento y luego me perdí en la cocina de manera rápida y silenciosa.

Allí con gran sorpresa me topé con un servidor de la Iglesia Católica y que por algo similar a lo mío había decidido alejarse del grupo.
En cuanto nos miramos él me dijo : “Decime qué te pasó”. Y yo le relaté lo que había percibido…El se puso más serio y agregó a mi experiencia relatada que él salió porque le pareció que esa señora no transmitía nada que fuese de Dios.

Al rato después de algunos murmullos y conversaciones, se despidieron los invitados y quedamos los íntimos a pedido de Amelia.

Luego de otra ronda de café, que fue preparado para disimular el abandono de la sala por mi amigo católico y por la que relata( o sea yo)…. Amelia pidió de hacer una breve oración para poder contar algo que le había acontecido.

Nos dispusimos en silencio cada uno con sumo interés a esperar lo que ella quería transmitirnos.

Y comenzó así: “Les pido perdón si los llego a alarmar, pero tengo que relatar lo que me ha pasado porque creo que es un aviso y quiero que me ayuden a dilucidar en qué consiste. Yo mientras oraba, vi delante de la señora X, la profetiza que nos presentaron, una figura que representaba a la muerte. Era un ángel negro con una hoz en la mano…
Yo esperé que terminara de relatar su experiencia y miré al muchacho católico y le pedí que relatara lo que yo le había contado cuando entré en la cocina…. Cosa que hizo prontamente y con suma claridad.

-“¡Pero Isabel…!!! Cómo puede ser que las dos vean a un Ángel de la Muerte y que sean tan diferentes unos de otro? “ - me increparon casi todos.
- “ Bueno… yo no lo sé pero eso es lo que ocurrió.”

Y luego de unos momentos más de intercambio en el que cada uno dio su parecer, luego nos dispusimos a hacer una pronta retirada.

Cada cual para su casa mascullando lo que se había vivido y tratando de sacar en limpio cuál era el mensaje que habíamos recibido.

Yo al final de la reunión les dije que evidentemente la presencia de esa señora nos había inquietado a todos, que eso era evidente y no merecía mucha explicación… y en cuanto a los dos ángeles pues debíamos pedirle a Dios la revelación, si es que era para nosotros el conocimiento de las visitas.
A Amelia antes de irme le dije que no quería ver más a esa persona y que por ninguna causa le diese información sobre mi persona o datos de mi domicilio o teléfono…

Al día siguiente, Amelia me informa que esta señora quería una entrevista con ella y conmigo.

Ahora... la pregunta que nos hicimos era la siguiente: "¿Cómo pudo saber esta mujer que nosotras habíamos recibido algo especial durante la reunión si los únicos que podían decirle algo a ella en las primeras horas de la mañana era el matrimonio que la había llevado y ellos no estuvieron presente en la reunión que surgió al final ni tampoco habían tenido contacto con los más íntimos y confiables que sí habían estado presentes …??

Por supuesto que no se le concedió ningún tipo de entrevista y al cabo de una semana hubo una novedad que dejó en claro lo que había percibido con esas figuras que aparentemente traían un mismo mensaje “el de la muerte” pero que sin embargo uno era bello y de luz y el otro era negro y portador de una hoz….

-¿Qué sucedió?

Pues, en una zona de balnearios aconteció un terrible accidente en el cual habían fallecido dos señoras y se había salvado el chofer. Una de las señoras era la madre del muchacho que presentó a la profetiza en la mencionada reunión y la otra fallecida era su acompañante.

Me llama Amelia alterada y me cuenta todo el accidente y luego me dice “Viste que realmente la presencia de esa mujer nos avisó sobre la muerte de la madre de quién la acompañó a la reunión?”

Y yo le agregué : “Sí… eran dos ángeles: Uno el de luz y muy hermoso correspondía a la acompañante de la madre de Juan Carlos, que era una mujer muy cristiana…. El otro ángel que quedó, el de color negro y con la hoz en la mano, era el que se llevaría a la madre que era una mujer conocida por su mal genio, y otras cosas…..”

Amelia luego de un silencio exclamó: “Tenés razón! Hemos recibido al fin la revelación de las visiones!"

Luego nos pusimos de acuerdo a no comunicar al resto la conclusión a la que habíamos llegado en cuando al suceso de las apariciones, para evitar comentarios y demás ideas raras que puediesen atormentar a la familia que estaría lamentado todavía lo sucedido.

Así es todo lo que recuerdo de esa noche que comenzamos y terminamos tomando café.

Todo sucedió en un grupo de amigos cristianos que, así como yo acompaño mi insomnio con un pocillo de café, ellos después del café compartido seguramente también habrán sufrido de insomnio esa noche de visiones increíbles………..