MI linyera II parte Estoy dispuesta a continuar con mi relato sobre Cayorda...Pero, antes, un poquito de espacio para decir a quiénes en forma especial van dirigidos mis cuentos.Primero, a Campanita...mi futura nuera (mi nuera bah!,las cosas como son), le puse Campanita, porque es rubia, de ojos turquesas, pequeña, con el cuerpo torneadito y pequeño..-tal como el personaje de Peter Pan.Y luego para mona, mi colombianita soñadora, con la que tengo compartidos momento de risas, cuentos y oraciones.Y, como no puede faltar en mi vida y mis pensamientos, mi querida niña MIG, María Isabel,que es tan mimada, tan querida, tan extrañada, y siempre esperada por mi corazón.Para todos los demás también van mis cuentos, pero cuando los voy desgranando en la compu me imagino a estas tres pollitas a mi alrededor escuchando atentas, en silencio, con la boca un poco entreabierta,y los ojos bien redondos....a través de los cuales pasan las emociones que pescan en el relato.Entonces aquí seguimos con mi querido Cayorda.Fueron pasando los años, sin Cayorda. Pasaron los años marcados por otras vivencias. Mi primer día de escuela. Mi primer disgusto en la escuela. Mis primeros festejantes, de niños jaja. Mi secreto de ser señorita a temprana edad y también el tiempo de dolores de huesos y de desconocer mi cuerpo.Y ..ZAZ! adios niñez, bienvenida adolescencia.!!!!Allí. Mi reencuentro con Cayorda. Le vi un día que yo iba corriendo para el cole. Abrigada hasta lo imposible pues fue unos de los inviernos más crueles en B.A.El llevaba la misma corona de pelos anudados y ya blancos, la barba escondida en su abrigo...por lo cual no puedo asegurarles si ya llegaba hasta el piso y le limpiaba sus zapatones cuando caminaba...Eso...no lo puedo decir, pero lo imagino.Depacito, tan despacito como cuando yo me acerqué a él por primera vez. Y era verano.... del 47 si mal no recuerdo. Iba despacito, contra el viento, por la vereda de enfrente...y yo seguí corriendo porque se hacía tarde....Corría, por mis deberes de estudiante y de hija, pero mi corazón se quedaba en el camino y le decía a mi mente....Pará...no ves quién es? Pará... es él.
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