En el País de los Azules, había alguna que otra casa y un largo, largo camino.
Allí vivía feliz un niño argentino, que junto con sus padres y algunos hermanos fue llevado buscando La Felicidad.
El niño Elí , que así le llamaban, corría y corría ,libre, por las laderas de las montañas azules... y luego se deslizaba presuroso hasta el mar... Azul .
Lo que más le gustaba a este niño era comer sandwuichs de banana o de tomates... porque allí abundaban y luego:
La siesta!
La siesta!
La siesta tendido en el malecón....
Libre como un pájaro, sin hambre y sin sufrir ni frío ni calor!
El clima era parejo, parejito!
La brisa del Mar Azul le daba un tono dorado a la piel de Elí...
Y él corría, saltaba y reía... siempre reía...
Hasta que un día, en el recodo del camino largo, cuando el bajaba raudo jugando carreras al viento, escuchó:
-" ¡Chits! ¡Chits! ¡Hey... Tú!!!"
Elí se paró en seco y afinó su oído que iba lleno de trinos de pájaros y cantos de viento...
Y otra vez...
-" ¡Chits! ¡Chits! ¡Hey... Tú!!! ¡Abajo!¡ Mira hacia abajo!!!"
Y el niño Elí, no pudo dar crédito a lo que sus ojos veían...
Entre las hojas de los Plátanos y las florecillas silvestres... un pequeño , muy pequeño, señor de color "Azul"!
Pequeño, panzón, de grandes orejas como las mismas hojas de los bananeros que lo rodeaban.
Y su nariz!!!
Elí se puso en cuclillas y le tocó suavemente ese bollito simpático que tenía por nariz.
"Hey! Qué haces? cómo te atreves? Quién te crees que eres tú confianzudo! y ... atchís! ... y .... atchís! La nariz no se toca! No, no y no!"
Todo lo dijo el pequeño personaje.... muy rápido y con voz aflautada.
Sus labios azules se movían como cuando la mamá de Elí, Doña Ángela ,hacía Pororó para los niños....
-"Yo soy un niño y me llamo Elí.".. le retrucó con voz tierna y suave nuestro amiguito...
-"¡Ajá! yo también tengo un nombre y a que no lo adivinas? Eh????"
- "Pues..., titubeó un rato Elí, pues... yo creo que te debes de llamar... ¡¡¡¡"Azul"!!!!!
Lo dijo rápido y con fuerza. De tal manera que nuestro extraño hombrecito cayó de espaldas, sepultándose en el pasto del costado del camino.
-"¡Hey!!! ¡Más suave! ¿¡Quieres matarme! ?
- "A ver: ¡¿Quién te dijo que ese es mi nombre? - y mientras decía esto el pequeño se sacudía sus pantaletas de mil tonos de añil y de paso se frotaba sus posaderas.
-"Pues... nadie... se me ocurrió nada más... no se porqué.... y sonriente le preguntó... "Dime: acerté?"
-"Pues claro, dijo con su voz chillona... debes ser adivino! Si eso es eres
a- di- vi- no ... o quizá clarividente! Si eso es, eres cla-ri-vi-den-te!!!
Je je je! y se reía y se reía el pequeño Azul. Y rodaba por la hierba dando cabriolas para arriba y para abajo. Saltando y girando. Girando y Saltando...
Elí ya se había acomodado en el pasto con las piernas cruzadas, considerándose ya como amigo de Azul.
Cuando Azul paró de reírse y de hacer contorsiones, el niño le pregunta:
-"Dime Azul... se tu nombre pero no se qué o quién eres... me lo puedes decir?"
Azul se aquietó, se sentó cual buda delante del niño, sacó su sombrero picudo y de alas muyyy anchas y rascándose la cabeza de muy rala pelambre , le contestó:
-"Soy un duende. Vivo en la isla Azul con mi señora Doña Añil y mis hijitos: celeste, lavanda, violeta, blanquita, negrita y cieloazul mi único hijo varón."
-"A qué te dedicas?" - le preguntó Elí que era un niño que sabía preguntar muy bien.
-*"Yo cumplo sueños y curo a las plantas que el hombre daña... con eso tengo bastante."
-*"Pero me divierte inventar acertijos para que la gente no acierte!"
-*"Aparezco a los que no me tienen miedo y converso con ellos."
-"Y el resto de la familia a qué se dedica? "- Seguía insistiendo el niño.
-"Mi señora, plancha alas de mariposas, lava orugas, limpia nidos y prepara los perfumes que colocan mis hijos en las flores y los frutos."
-"Qué cosa! Yo siempre quise saber de dónde venían esos ricos aromas y nadie pudo darme una contestación cabal como la tuya.... Muchas gracias..."
-"Sabes una cosa? también eres maestro... quieres ser mi maestro?
Porque aquí no tengo escuela y no se cuándo volveré a mi país...."
-"Pues claro que si.... piujuuuu!!!! Un nuevo trabajo!!!! Eso si que no lo esperaba...."
-"Dime niño: tienes algún deseo para formularme? Porque yo puedo concederte uno, si tu me lo pides...."
El niño pensó y pensó y luego le dijo...
-"Quiero ser feliz con pequeñas cosas y poder ser fuerte con los grandes problemas."
-"Eres sabio! Te será cumplido! Y te enseñaré lo que quieras y que yo sepa contestar....
Ahora me voy y tu sigue corriendo y no olvides que mañana te espero..."
Elí, con su corazón contento siguió rumbo a la mar que con sus aguas cálidas y azules y con sus peces de colores le llamaba para darse el baño de la tarde.
Elí vivió un tiempo en esta isla maravillosa.
Conoció a toda la familia de el duende Azul.
Solía jugar con sus niñitos y alguna que otra vez Doña Añil lo convidaba con sus bocadillos de caléndulas y dulces de rosas... o con pétalos de violetas disecadas a la luz de la luna de plata que bañaba la isla todas las noches... Si! hasta esto era diferente en la isla Azul....Todas las noches tenían una luna llena, gorda, grandiosa, de color : Azul-plateado!
Y llegó un día en que la familia debió abandonar la isla y regresó a su patria... y creció... se casó... tuvo hijas... y a la primera le puso de nombre "Violeta" y a la segunda la llamó "Negrita".
Nada estaba librado al azar... Todo se dió de forma muy prolija en la vida de Elí...
Momenos de gran alegría y momentos en que toda la fortaleza salía de él para sobrellevar los grandes problemas.
Y por eso recordaba siempre al duende Azul, de aquella isla maravillosa, perteneciente a la Gran Canarias, frente al Africa y a la España de sus amores...
Y le contaba a su hija menor, Negrita, que él había sido muy feliz en ese lugar del mundo en donde no existía ni el frío, ni el hambre, ni la tristeza.
Y su hija cuando Elí ya era muy grande y estaba enfermo, le preguntó
que había pasado con su duende Azul cuando él se fue de la isla.
Y Elí, entrecerró sus ojos, sonrió un poquito y le relató lo siguiente...
...
-"Cuando yo supe que me iría, me interné en la plantación y busqué a la familia de Azul por todos lados y al final de tanto buscar y buscar...
Los encontré debajo de una planta de tomates... sacándole lustre con empeño...
Hola! cómo están? dije fuerte y con tono alegre para ir de a poco dándoles la noticia que al menos a mi me ponía muy triste.
"Humm, hummm, humhumhummmm! - Me contestaron todos al unísono.
"Pero... qué les pasa?" No quieren hablar? Están disfónicos?..."
Como toda respuesta se sentaron todos en círculo sobre la hierba y debajo de la planta de tomates...menos Doña Añil que muy afanosa seguía colocándoles perfume a cada tomate que estaban en lo alto de la planta y que temía que llegasen hasta allí sus hijos y por supuesto a los que veía maduros y brillosos.
-"Siéntate", me dijo Azul indicándome un lugar en la hierba...
Me senté y me dispuse a escucharlo.
Mira Elí, yo tenía un embrujo que una mujer joven y bella me hizo hace unos cuantos años...y consistía en que aunque tenía manos no podía acariciar ni asir cosa alguna, que aunque tenía boca no podía sonreír , que aunque tenía pies no podía bailar, que aunque tenía oídos no percibía la música, aunque podía amar no podía expresarlo nunca ni con palabras ni con acciones....
Pero ese hechizo se podía romper si encontraba a un ser humano que:
*no me temiera.
*que creyera en mi existencia
*que aceptara ser mi amigo
*que tuviese su mente tan abierta que encontrara qué podía aprender de mi
*que cuando pida por un deseo, sepa hacerlo con sabiduría....
Y llegaste tú y se cumplió todo... por ello comencé a reir y a cantar y a dar cabriolas por el aire... Nunca te lo dije pero ya es el tiempo que supieras que lo que pasó entre nosotros nos es nada más ni nada menos que una :
"CADENA DE FAVORES"
Vas a tener los dos tipos de vivencias, pero tal como lo pediste las vas a transitar con fuezas y con gozo... según del tipo que sean."
.....
-"¿Y así fue? "...preguntó negrita a su padre.
- "Si hija! Así fué...
....
Y colorín colorado.... esto es lo que en la isla Azul ha pasado!!!
...
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