Llegó el pico de frío con la ola polar a Buenos Aires y se complicó la ya existente tragedia!
La tragedia de los indigentes, faltos de todo. Los que por la noche se acomodan en la gran ciudad tratando de cobijarse como pueden de la crueldad del clima. Una crueldad más, sumada a todas las que han pasado y están pasando día a día, noche a noche.
¿Y allí el frío se cobró su primer víctima... (dicen)....
¿Primera víctima?
¿Del frío?
¿De qué?
¡Del sistema! ¡De la sociedad! ¡De la insensibilidad de las leyes....!
Porque en esas mismas noches salen palomitas arropadas, cargadas de bolsos llenos de alimentos y de amor....
Porque en esas mismas noches hay quienes les buscan por los huecos, rincones, pasajes y portales....
Porque en esas mismas noches hay quieres tratan de convencerlos y llevarlos a los paradores en donde pueden dormir y comer....
Porque todos ellos sumados no alcanzan para subsanar lo que ocurre...
Por todo ello es que murió un bebé de pocos días... allí entre cartones, en medio de las calles de Buenos Aires.
En esa gran capital, que cuando en el centro de ella todo se vuelve silencio, hay quienes entre las sombras se acercan para, con cartones y plásticos, hacer su "nido"nocturno.
Ellos son los que por droga, alcohol, enfermedades mentales, o por abandono de todos y de todo...
deambulan con su mundo atado en una bolsa o con su colchón y frazada dentro de un carrito.
Familias enteras...
Y todo ello duele, porque no hay ni chocolate, ni té, ni café caliente que pueda calentarles el alma y sus huesos que tienen el hielo de la indiferencia de los que pueden hacer y no hacen.
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