La palabra
Ella que da vida
Creadora
Ella que da muerte
Que destruye
Gran poder el que ella encierra
El que despliega
El que forma y deforma
La misma que se engrosa
Que se afina
Que se aquieta
Que se agita
Que se muestra
Que se esconde
Que sí quiere
Que se niega
Que se entiende
Que se acalla
Que se agranda
Que se afila
Que te mata
Que lastima
Que silencias
Que te tragas
Que te cambian
Que te alientan
Que te impulsan
Que te anulan
Que cobijan
Que desnudan
Que avergüenzan
Que te alegran
Que te llaman
Que te expulsan
Que te enseñan
Que te inspiran
Que te juegan
Que te burlan
Que te aburren
Tantas cosas que se juntan a través
de las palabras, que no concibo
cómo alguien a quien quieres y conoces
no puede comprender lo que le dices,
cuando con tan solo la mirada bastaría
para que supiera que le quieres, que tú quieres lo mejor para el o para ella.
Puede ser que malinterpreten lo que dices por un tono o por lo que creen que encierran tus palabras?
Qué se debe hacer con algo tan fuerte, tan potente como es eso: la palabra
Pensar que"Dios dijo y fue hecho " nada menos que la creación describe así… con la palabra El creó.
Pensar que el"Verbo"es como se designa nada menos que a Su Hijo…
Algo corto y conciso: palabra.
Algo profundo y practicado en lo cotidiano para crear “vínculos” que creíamos profundos y eternos, por lo menos en esta vida…
Y que el resultado sea nulo?
Que solamente se llega a un resultado equivocado?
A un resultado errado?
Digo yo…
Uno debe ejercer la autocensura para evitar confrontar con el otro porque no tiene la misma fuerza y dirección tu palabra con la suya?
Porque cada quien y cada cual las coloca como quiere o según lo que interpreta sin tomarse el tiempo de pensar que el que pronuncia no es Dios pero es alguien que le quiere?
Yo digo: Si uno se compadece con el otro. Si uno trató durante todos y todo el tiempo, sin importar la abundancia o la escasés, de que nunca le faltara ningún detalle en sus necesidades. Si uno alimentó en el pan cotidiano y el pan de la Palabra. Si uno estuvo siempre presente en la alegría o el dolor. Si la palabra fue acompañada eternamente con los brazos abiertos que significa la entrega incondicional con el alma y el corazón.
Cómo puede alguien al que se curó, consoló, alegró, alimentó, malinterpretar la “palabra”?
Yo no se.
Tú lo sabes?
Si primero te rodeo de amor y luego ejerzo libremente mi expresión , mi forma de decir, mi manera de hablar, de decir o contar un chiste, o poner en ejercicio la broma o la “cachada” que es una forma muy porteña de llenar de palabras la sobremesa, la tertulia de café o un encuentro entre amigos…
Y tú te ofendes hasta llegar al extremo de llorar y criticar o de ofenderte hasta el punto de enfriar la relación y la alegría de todo un grupo familiar e instalar la tristeza, la angustia la desazón?
Yo me digo, puede más la palabra destructiva que la creadora?
Puede más la palabra que está preñada de castigo o de amargura que la que lleva en si misma una sóla finalidad que es la alegría?
Ya sabemos que hoy en día por las calles corre el enemigo… el que sale a destruir lo que puede y si se esfuerza un poquitito se lleva consigo una vida inocente… pero en tu hogar? Con la gente que has demostrado amarla, puede ser posible que la situación se asemeje?
Pues como dije en un principio
La palabra crea,
La palabra ama,
La palabra mata…
A mi me gusta cuando la palabra se vuelve gordita como una abuelita de cuentos.
La palabra que tiene tantas redondeces,
que nunca puede lastimar a nadie.
Pero cuando pasando el cedazo de la mente del que escucha, pasada por esa malla fina se transforma en afilados estiletes y lastiman….
Quien puede tener la culpa de ese hecho?
Mi oración tal vez absurda? sin intención
de daño?
O el cedazo que tiene en el cerebro la persona que las interpreta?
Yo he aprendido(pero me cuesta mucho, corregir mis formas aunque trato)
que con personas extranjeras, que aunque hablen español, debo tener más cuidado cuando pronuncio una oración o palabra aislada; da lo mismo. Pues para ellos no tiene el mismo significado y he creado situaciones adversas a las que yo pretendía. Pero también aprendí que ellos no tienen el mismo sentido del humor que el porteño. Como tampoco el porteño tiene igual comprensión para un chistecito cordobés, como uno de esa localidad. Por ello mil perdones a mis queridos colombianos…
Recuerdo una tarde que se me dio por decirle a una niña que"era hacendosa"y tanto ella como otra amiguita se sintieron incómodas porque aunque no utilizaban esa palabra les resultó peyorativa y me reí y me costó muchísimo lograr que aceptaran la misma como un elogio.
Por eso es que estoy escribiendo tal como pienso…
La palabra, mi palabra.
La Palabra, de Dios la Palabra
Maravillosa, necesitada, y hasta mal empleada…
He llegado a la conclusión siguiente:
Yo no ejercí la autocensura, ni durante la dictadura.
Entonces a mi edad y en mi hogar no lo voy a hacer… si alguien se ofende… lo aclaramos.
Pero todo depende de que la otra persona quiera ejercer la palabra sin acusar… ejercerla para dialogar sin herir
Como debe ser.
Y si no le gusta, ni aclara… que acepte mis disculpas pero seguiré hablando a lo porteño y con absoluta libertad, jugando con las palabras, creando con las palabras, riendo entre palabras, guiando con palabras, consolando con palabras, declarando con palabras…. Y todo ello acompañado con mis caricias, mis abrazos y entre todo intercalar un plato de algo rico, un mate o un tecito.
Ya saben… soy así … los amo… los necesito … no los quiero inquietar ni herir … pero si no están cómodos no me ofenderé si no me brindan su presencia.Y chau!!
.......
miércoles, 18 de junio de 2008
LA PALABRA Y CONFUSION
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