Todo iba bien en la familia y su entorno.
Todo armonía y felicidad!
Las chicas en la escuela, con sus amigas, y el barrio... todos contentos.
El taller iba rumbo al cielo! Ya estaban armado el último piso.
Estaba bien pensado...
Entraba un automóvil y a medida que entraba lo iban desarmando y arreglando sus partes hasta que llegaba a la cima: allí estaba Don Elías. El se encargaba del motor. allí lo desarmaba, lo limpiaba y luego de reemplazar lo que debía ser reemplazado, el trabajo a la inversa: de cero a diez y armado nuevamente y afinado y ajustado!!!
Después a medida que se iba acercando a la salida se le iba armando nuevamente.
Así un auto podría recibir un tratamiento a nuevo: desde la chapa y pintura, pasando por tapicería, por electricidad, gomas , alineación etc.
Y así llegó un invierno muy cruel, de mucha sudestada, con su llovizna pertinaz y su viento incesante del SE.... frío y lluvia del Sur...
Y todavía no habían cerrado la pared que daba justamente al SE. y casualmente era el lugar en donde Don Elías debía trabajar y relizar lo que más dinero dejaba a la "sociedad".
Un mediodía llegó con temperatura y bastante engripado... y su señora y sus hijas le pidieron que se quedara en casa para recuperarse.
Al otro día amaneció mal y con temperatura elevada.....
No tardó en llegar el indeseable de Rulo con su sonrisa de costado mostrando una dentadura perfecta y pararentemente preocuado por la salud de Don Elías... pero era mentira.
La negrita que ya era una jovencita de l6 años, no había perdido para nada su perspicacia, al contrario, eso se sumaba a que los años le habían otorgado mayor arrojo y valentía... Y un poquito de curiosidad práctica le agregaría....
Mientras el susodicho entró por una puerta a la habitación de su padre, ella entraba por otra a la suya que tenía una puerta que internamente se conectaba con la misma.
Asi pudo seguir la conversación y analizar las intenciones del fayuto.
Lo primero que se oyó fue un:"Viejito querido!!! Cómo estás!!! Te resfriaste? Ehh" , dicho jovialmente por el detestable Rulo.
- "Qué va!!! Es una gripe terrible, tengo mucha fiebre y me duele el pecho y todo el cuerpo! Fueron estos días de lluvia y viento sin haber terminado la bendita pared... y mirá cómo estoy ahora!!!"- respondió don Elías con voz quebrada!
"No ve que mi padre no puede respirar bien, ese hijo de... Yo lo saco a patadas..." - se dijo la negrita dispuesta a realizar lo que murmuraba.
Pero quedó quieta escuchando lo que le decía Rulo a su padre:
- Mirá viejito, necesito que vayas y termines el motor, tengo que levantar un documento y si no entrego ese coche no voy a poder y vamos a tener problemas... no podré levantar la última pared....
Dale viejito... un esfuerzo solamente... uno más y ya ganamos."
- "No es que no quiera, escuchame no puedo, estoy realmente mal....
decía Don Elías ante la insistencia de su socio.
-" No te pido nada raro viejo, te venimos a buscar y te traemos en auto.
Vos terminás el trabajo y ya está , te traemos enseguida finalices"
siguió insistiendo el muchacho.
Allí negrita no pudo más y entró como torbellino al cuarto de su padre y lo encaró al tal Rulo con ganas de romperle la cara.
"No entendés o sos tonto?"
"No escuchas lo que te dice mi padre?
"Bueno... parece que te lo tengo que repetir más... te vas y lo dejás tranquilo , el está enfermo y está así por el sistema de esclavitud a que está sometido y vos lo extorsionás con el peor de los métodos, su corazón generoso lleno de amor por vos... Pero se te acabó!!! Te vas!!!"
Y se fué.... pero para volver como le había prometido antes a Don Elías.
Negrita no creyó que fuese tan desgraciado y confió en que sus palabras le habían hecho desistir de sus intensiones y esa mañana mientras ella hacía las compras, vinieron y se llevaron a su padre en un auto.
Ella se puso mal, quería ir a buscarlo pero su madre no se lo permitió.
Y cuando por la tarde lo trajeron de vuelta, su padre no podía ni caminar. Tenía mucha temperatura y no podía casi respirar.
Y allí comenzó el desfile de médicos y la gravedad extrema a la que llegó su padre.
Pasó en un punto por una neumonía y luego quedó con un ataque de asma permanente que no le dejaba descansar ni de día ni de noche... y negrita corría de médico en médico, buscando que le ayuden y cada uno que venía le daba una solución distinta.... y su padre terminó con morfina para descansar y se acostumbró y cada vez era más corto el lapso entre una inyección y otra.
Así estaban las cosas cuando negrita conversando con su madre le dijo.
-"Mami porque no barajamos y damos de nuevo... Yo no puedo creer que no haya una solución para esto... ya llevamos mucho tiempo con esto y no es así la cosa... debemos buscar por otro lado... Qué te parece el doctor que vive enfrente? Dicen que es bueno... a la tarde le vamos a ver?"
- "Sí! Si vamos a ir a charlar con él!" - dijo su madre.
Y así fue...
Esa tarde cruzaron la calle Avalos y lograron hablar con un doctor muy calmo, conocedor de lo que le estaban planteando.... y que les dijo:
- Vayan a la farmacia, compren este preparado y junto con el lo cruzan a su marido... que le ayuden o cómo sea... pero lo necesito en mi consultorio...
- Y llenas de esperanzas renovadas, las mujeres fueron a comprar los remedios y luego cargaron a Don Elias para que despacito pudiese llegar al consultorio del médico que le estaba esperando.
En cuanto llegó lo oscultó por un momento y luego le preparó la máquina que tenía para las nebulizaciones o algo así y con la medicación en ella le puso la máscara al enfermo.
Negrita nunca iba a olvidar el rostro de su padre cuando en dos o tres aspiraciones del vapor que salía de la máscara, pudo respirar por primera vez con amplitud en el período de dos meses....
Cuánto sufrió su padre, porque a ninguno de los seis o siete médicos que le vieron tuvo la idea de recurrir a un aparato para nebulizaciones...!!!
Todo parecía que se iba resolviendo de a poco.... pero llegó el Señor Rulo y se repitió lo que ya había acontecido uno o dos meses antes:
Y lo que la negrita oyo fué lo siguiente:
-"Mirá viejo, ya estás muy mal, no vas a quedar con la salud como para seguir trabajando... Estuve pensando que lo mejor es disolver la sociedad.... Que te compro tu parte y ya está... Qué te parece???"
Y la voz de Don Elías que le responde: "Mirá Rulo, tengo que hablarlo con mi señora, pero creo que tenés razón.... yo ya no voy a poder trabajar como antes..."
La voz de su padre era tan triste, que negrita no pudo entrar como la vez anterior, porque se puso a llorar con desconsuelo...
-................-
Todo armonía y felicidad!
Las chicas en la escuela, con sus amigas, y el barrio... todos contentos.
El taller iba rumbo al cielo! Ya estaban armado el último piso.
Estaba bien pensado...
Entraba un automóvil y a medida que entraba lo iban desarmando y arreglando sus partes hasta que llegaba a la cima: allí estaba Don Elías. El se encargaba del motor. allí lo desarmaba, lo limpiaba y luego de reemplazar lo que debía ser reemplazado, el trabajo a la inversa: de cero a diez y armado nuevamente y afinado y ajustado!!!
Después a medida que se iba acercando a la salida se le iba armando nuevamente.
Así un auto podría recibir un tratamiento a nuevo: desde la chapa y pintura, pasando por tapicería, por electricidad, gomas , alineación etc.
Y así llegó un invierno muy cruel, de mucha sudestada, con su llovizna pertinaz y su viento incesante del SE.... frío y lluvia del Sur...
Y todavía no habían cerrado la pared que daba justamente al SE. y casualmente era el lugar en donde Don Elías debía trabajar y relizar lo que más dinero dejaba a la "sociedad".
Un mediodía llegó con temperatura y bastante engripado... y su señora y sus hijas le pidieron que se quedara en casa para recuperarse.
Al otro día amaneció mal y con temperatura elevada.....
No tardó en llegar el indeseable de Rulo con su sonrisa de costado mostrando una dentadura perfecta y pararentemente preocuado por la salud de Don Elías... pero era mentira.
La negrita que ya era una jovencita de l6 años, no había perdido para nada su perspicacia, al contrario, eso se sumaba a que los años le habían otorgado mayor arrojo y valentía... Y un poquito de curiosidad práctica le agregaría....
Mientras el susodicho entró por una puerta a la habitación de su padre, ella entraba por otra a la suya que tenía una puerta que internamente se conectaba con la misma.
Asi pudo seguir la conversación y analizar las intenciones del fayuto.
Lo primero que se oyó fue un:"Viejito querido!!! Cómo estás!!! Te resfriaste? Ehh" , dicho jovialmente por el detestable Rulo.
- "Qué va!!! Es una gripe terrible, tengo mucha fiebre y me duele el pecho y todo el cuerpo! Fueron estos días de lluvia y viento sin haber terminado la bendita pared... y mirá cómo estoy ahora!!!"- respondió don Elías con voz quebrada!
"No ve que mi padre no puede respirar bien, ese hijo de... Yo lo saco a patadas..." - se dijo la negrita dispuesta a realizar lo que murmuraba.
Pero quedó quieta escuchando lo que le decía Rulo a su padre:
- Mirá viejito, necesito que vayas y termines el motor, tengo que levantar un documento y si no entrego ese coche no voy a poder y vamos a tener problemas... no podré levantar la última pared....
Dale viejito... un esfuerzo solamente... uno más y ya ganamos."
- "No es que no quiera, escuchame no puedo, estoy realmente mal....
decía Don Elías ante la insistencia de su socio.
-" No te pido nada raro viejo, te venimos a buscar y te traemos en auto.
Vos terminás el trabajo y ya está , te traemos enseguida finalices"
siguió insistiendo el muchacho.
Allí negrita no pudo más y entró como torbellino al cuarto de su padre y lo encaró al tal Rulo con ganas de romperle la cara.
"No entendés o sos tonto?"
"No escuchas lo que te dice mi padre?
"Bueno... parece que te lo tengo que repetir más... te vas y lo dejás tranquilo , el está enfermo y está así por el sistema de esclavitud a que está sometido y vos lo extorsionás con el peor de los métodos, su corazón generoso lleno de amor por vos... Pero se te acabó!!! Te vas!!!"
Y se fué.... pero para volver como le había prometido antes a Don Elías.
Negrita no creyó que fuese tan desgraciado y confió en que sus palabras le habían hecho desistir de sus intensiones y esa mañana mientras ella hacía las compras, vinieron y se llevaron a su padre en un auto.
Ella se puso mal, quería ir a buscarlo pero su madre no se lo permitió.
Y cuando por la tarde lo trajeron de vuelta, su padre no podía ni caminar. Tenía mucha temperatura y no podía casi respirar.
Y allí comenzó el desfile de médicos y la gravedad extrema a la que llegó su padre.
Pasó en un punto por una neumonía y luego quedó con un ataque de asma permanente que no le dejaba descansar ni de día ni de noche... y negrita corría de médico en médico, buscando que le ayuden y cada uno que venía le daba una solución distinta.... y su padre terminó con morfina para descansar y se acostumbró y cada vez era más corto el lapso entre una inyección y otra.
Así estaban las cosas cuando negrita conversando con su madre le dijo.
-"Mami porque no barajamos y damos de nuevo... Yo no puedo creer que no haya una solución para esto... ya llevamos mucho tiempo con esto y no es así la cosa... debemos buscar por otro lado... Qué te parece el doctor que vive enfrente? Dicen que es bueno... a la tarde le vamos a ver?"
- "Sí! Si vamos a ir a charlar con él!" - dijo su madre.
Y así fue...
Esa tarde cruzaron la calle Avalos y lograron hablar con un doctor muy calmo, conocedor de lo que le estaban planteando.... y que les dijo:
- Vayan a la farmacia, compren este preparado y junto con el lo cruzan a su marido... que le ayuden o cómo sea... pero lo necesito en mi consultorio...
- Y llenas de esperanzas renovadas, las mujeres fueron a comprar los remedios y luego cargaron a Don Elias para que despacito pudiese llegar al consultorio del médico que le estaba esperando.
En cuanto llegó lo oscultó por un momento y luego le preparó la máquina que tenía para las nebulizaciones o algo así y con la medicación en ella le puso la máscara al enfermo.
Negrita nunca iba a olvidar el rostro de su padre cuando en dos o tres aspiraciones del vapor que salía de la máscara, pudo respirar por primera vez con amplitud en el período de dos meses....
Cuánto sufrió su padre, porque a ninguno de los seis o siete médicos que le vieron tuvo la idea de recurrir a un aparato para nebulizaciones...!!!
Todo parecía que se iba resolviendo de a poco.... pero llegó el Señor Rulo y se repitió lo que ya había acontecido uno o dos meses antes:
Y lo que la negrita oyo fué lo siguiente:
-"Mirá viejo, ya estás muy mal, no vas a quedar con la salud como para seguir trabajando... Estuve pensando que lo mejor es disolver la sociedad.... Que te compro tu parte y ya está... Qué te parece???"
Y la voz de Don Elías que le responde: "Mirá Rulo, tengo que hablarlo con mi señora, pero creo que tenés razón.... yo ya no voy a poder trabajar como antes..."
La voz de su padre era tan triste, que negrita no pudo entrar como la vez anterior, porque se puso a llorar con desconsuelo...
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