Unos días antes de la gran mudanza... negrita entre tristeza y nostalgia, se depidió de su paisaje urbano. El paisaje cotidiano e importante que le brindaba seguridad y pertenencia. Esa mezcla de arboleda, tranway, empedrado, veredas y casas con negocios incluídos. En el paisaje urbano que la acompañó durante esos importantes años de niñez, estaba completo con su gente y lo que esa gente compartía, recreaba y construía como comunidad.
Ella se despidió con el alma, como sabiendo que la picota y el cemento de la modernidad terminarían con todo ese paisaje y la belleza de lo que recorrían sus ojos. Que destruirían todos sus recuerdos.... toda la magia que encerraba cada punto en si mismo.
Pero mientra recorría con su corazón y su mirada todo eso, se preguntó si en sus recuerdos podría encontrar una situación igual. Y comenzó a esforzarse en ir hacia atrás en su corta pero frondosa vida.
Y llegó a enfocar otras viviendas y como pantallazo venían medio borrosas y mezcladas.
Ella intuía que en todas y en cada una de ellas, podría hallar sabrosísimas historias y que seguro le servirían de mucho!!!
Por ejemplo recordó una casa con olor a madera recién cortada... y con ruidos a sierras y martillazos.
En esa casa también podía recordarse muy pero muy pequeña, como de dos años más o menos, y podía recordar a su única hermana que ejercía desde entonces el "mayorazgo" jaja.... Si! ya a esa muy corta edad podía recordarla como la superior y la que "mandaba" en su vida.
También venía a su mente un piletón con una jabonera que le daba alojamiento
a un "pan de jabón" amarillento y sospechosamente sucio.
La niña recuerda que muchas veces observaba ese jabón, porque le llamaba la atención que cambiaba su aspecto (según qué lavaban) y su color.
También reconocía en medio de sus recuerdos que por alguna razón ya demostraba la negrita ser observadora y también de ponerse en acción de inmediato...
Eso lo dedujo por lo siguiente :
Ella , juntamente con el jabón, había obervado que los mayores de la familia tenían la costumbre, que no le habían enseñado a ella, de ponerse jabón en los dientes y darse y darse con un cepillito de palito largo.... y entonces:
*Cepillo al que encontró al alcance de su mano, sin preocuparse de quién era.
*Jabón... el que había descubierto alojado en el piletón y al que le había dedicado largas miradas de estudio...
Una vez con los enseres dispuestos.... se dirigió a la cocina a buscar una silla petizona. Acto seguido la arrastró hasta el patio y de allí hasta el piletón.
Después todo fue sencillo... tomar el cepillo de dientes, (perteneciente quien sabe a qué integrante de su familia) y rasparlo sobre el jabón grasiento...
Y lueeeeegooo.... decididamente meterlo en su boca para poder cepillar sus dientecitos... y...puajjj!!! y puajjj!!!.... arcadas y escupidas por doquier.
Entonces llegó la madre y a los sacudones le enjuagó la boca con el agua de la canilla,que estaba allí nomás, en el mismo piletón en donde la tenía apoyada panza p'arriba,( como muchas otras veces, recuerda la niña , quedaba zapateando en el vacío).
Pero sería de Dios que cada vez que sucedía un"imprevisto"como ese, como pasado por calco...terminaba en la misma posición.... cabeza abajo, panza p'arriba.????
Y la madre no paraba de retarla y con "bronca" le ponía una y otra vez agua en su boca... y con los dedos le revolvía ese menjunge con que se la había empastado.
Recordar.. recuerdos.... pequeños y entrelazados como un rompecabezas lleno de olores, sonidos e impresiones diversas.
Una madre joven... supongo. Una niña que exploraba un mundo extraño para ella y de grandes proporciones. Una situación que ahora imagino yuxtapuesta, de una manera para nada comprensible o posible de enfocar desde un mismo punto de vista.
* la niña, explorando todo y suponiendo que en su copia errada de la vida del adulto realizaba algo loable.
* la madre, desde su comprensión desesperada tratando de quitar lo antes posible, toda la grasa sucia que le hacía dar arcadas a su hija, temiendo una infección o intoxicación de la pequeña.
Ahora la negrita sonrió y comprendió que lo que había guardado en su corazón y en sus recuerdos como un mal trato, era la necesidad y empeño que su madre puso tratando de evitar un mal mayor.
Ella se despidió con el alma, como sabiendo que la picota y el cemento de la modernidad terminarían con todo ese paisaje y la belleza de lo que recorrían sus ojos. Que destruirían todos sus recuerdos.... toda la magia que encerraba cada punto en si mismo.
Pero mientra recorría con su corazón y su mirada todo eso, se preguntó si en sus recuerdos podría encontrar una situación igual. Y comenzó a esforzarse en ir hacia atrás en su corta pero frondosa vida.
Y llegó a enfocar otras viviendas y como pantallazo venían medio borrosas y mezcladas.
Ella intuía que en todas y en cada una de ellas, podría hallar sabrosísimas historias y que seguro le servirían de mucho!!!
Por ejemplo recordó una casa con olor a madera recién cortada... y con ruidos a sierras y martillazos.
En esa casa también podía recordarse muy pero muy pequeña, como de dos años más o menos, y podía recordar a su única hermana que ejercía desde entonces el "mayorazgo" jaja.... Si! ya a esa muy corta edad podía recordarla como la superior y la que "mandaba" en su vida.
También venía a su mente un piletón con una jabonera que le daba alojamiento
a un "pan de jabón" amarillento y sospechosamente sucio.
La niña recuerda que muchas veces observaba ese jabón, porque le llamaba la atención que cambiaba su aspecto (según qué lavaban) y su color.
También reconocía en medio de sus recuerdos que por alguna razón ya demostraba la negrita ser observadora y también de ponerse en acción de inmediato...
Eso lo dedujo por lo siguiente :
Ella , juntamente con el jabón, había obervado que los mayores de la familia tenían la costumbre, que no le habían enseñado a ella, de ponerse jabón en los dientes y darse y darse con un cepillito de palito largo.... y entonces:
*Cepillo al que encontró al alcance de su mano, sin preocuparse de quién era.
*Jabón... el que había descubierto alojado en el piletón y al que le había dedicado largas miradas de estudio...
Una vez con los enseres dispuestos.... se dirigió a la cocina a buscar una silla petizona. Acto seguido la arrastró hasta el patio y de allí hasta el piletón.
Después todo fue sencillo... tomar el cepillo de dientes, (perteneciente quien sabe a qué integrante de su familia) y rasparlo sobre el jabón grasiento...
Y lueeeeegooo.... decididamente meterlo en su boca para poder cepillar sus dientecitos... y...puajjj!!! y puajjj!!!.... arcadas y escupidas por doquier.
Entonces llegó la madre y a los sacudones le enjuagó la boca con el agua de la canilla,que estaba allí nomás, en el mismo piletón en donde la tenía apoyada panza p'arriba,( como muchas otras veces, recuerda la niña , quedaba zapateando en el vacío).
Pero sería de Dios que cada vez que sucedía un"imprevisto"como ese, como pasado por calco...terminaba en la misma posición.... cabeza abajo, panza p'arriba.????
Y la madre no paraba de retarla y con "bronca" le ponía una y otra vez agua en su boca... y con los dedos le revolvía ese menjunge con que se la había empastado.
Recordar.. recuerdos.... pequeños y entrelazados como un rompecabezas lleno de olores, sonidos e impresiones diversas.
Una madre joven... supongo. Una niña que exploraba un mundo extraño para ella y de grandes proporciones. Una situación que ahora imagino yuxtapuesta, de una manera para nada comprensible o posible de enfocar desde un mismo punto de vista.
* la niña, explorando todo y suponiendo que en su copia errada de la vida del adulto realizaba algo loable.
* la madre, desde su comprensión desesperada tratando de quitar lo antes posible, toda la grasa sucia que le hacía dar arcadas a su hija, temiendo una infección o intoxicación de la pequeña.
Ahora la negrita sonrió y comprendió que lo que había guardado en su corazón y en sus recuerdos como un mal trato, era la necesidad y empeño que su madre puso tratando de evitar un mal mayor.
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