Contamos varios aspectos de la "Cacha", personaje primordial en la vida de negrita.
Negrita la quería con toda su alma. La veía desprotegida, sola, discriminada (aunque en esa época no se conocía tanto esa palabra).
Ella, la Cacha, tenía motas verdaderas en su cabeza. En su pelambre no entraba el peine... Entonces, cada tanto, la madre le cortaba el pelo como un varón, bien cortito....
En esos tiempos de corte de pelo, la Cacha no salía a la calle y cuando lo hacía se notaba que había llorado a rabiar...
Pobre Cacha! Por eso y por muchas otras pequeñas , pero importantes cosas, negrita la tenía como si fuese algo así como" su preferida."
La historia transcurre en la vereda del lado derecho del portón.
Casi sobre la de la panadería la Armonía.
Mi hermana mayor, mi única hermana, estaba, cosa muy rara con alguna amiga de ella y con mis amigas y con cara de "paz dulce paz".
Cara que solía poner cuando tramaba algo bien gordo.
Al rato la llamó a la Cacha y le dió unas monedas, y le dice : "Tomá andá a comprarte caramelos, andá, entrá, daleeeeee".....
La Cacha entró y yo le acompañé-....
Le dijo a la "gallega", que era la dueña.Una señora bajita y regordeta y con un delantal impecable y durísimo por el almidón :
- "Deme todo esto de "macarelos".."
- L a gallega la miró, miró otra vez las monedas que le entregó la niña...y notó que eran centavos de cobre sin valor alguno.
- Entonces le dijo:
" Mirá querida, yo te voy a dar los caramelos, con yapa, pero vos prometeme que no le vas a dar ni uno a todas las que están mirando a través del vidrio." Y allí estaba mi hermana y toooodassss las otras, dispuestas a reíse de la broma que le habían hecho a la Cacha.
- "Chi Cheñora" - contestó la Cacha mientras miraba que la señora había tomado una bolsa, así de grande, casi como para poner caramelos para todo el mundo... pero que eran sólo para ella....hummm glup.
- Había como 20 carameleras.
- Todas con caramelos de distintos colores y sabores.
- Cada vez que abría una se desprendía un aroma como a cielo...
y allí introducía la cuchara y la sacaba llena de esas delicias.
La gallega visitó todas las carameleras, y sacando ponía en la bolsa para la niña.
Cuando salió de allí la Cacha, con su fabulosa bolsa de caramelos, las que la esperaban, viendo lo que había pasado se le fueron al humo (encima y rápido).
"Dame!" - !Dame"!- "A mi"! -"A mi"!- le decían a coro....
- Pero la Cacha muy firme les dijo simplemente...
"No !... La Cheñora no me deja.
Y así fue la enseñanza que nos dejó esa maravillosa Señora gallega, la dueña de la panadería "La Armonía" de la calle Alvarez Thomas al l600.
domingo, 9 de marzo de 2008
Querida Cacha...
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