NUEVA VIDA!

martes, 22 de abril de 2008

El tiempo pasó volando

El tiempo pasó volando

Realmente hasta que negrita no escuchó la voz de su madre que la reclamaba para ir con ella hasta el colegio, para su inscripción, no se dio cuenta de que el tiempo se había ido volando.

- No puede ser: adiós a la plaza, a la calesita, al cine, a las muñecas, a las visitas… no eso no puede ser…
Pero su madre insistía: “Vamos negrita, apurate que ya salimos para el colegio, vamos a ver si tenemos suerte…”
- “Sipi, justo suerte para mi… suerte para alguien pero no justamente para mi. Si lo que yo quiero es quedarme en casa, leyendo, estudiando pero en casa… Al colegio no!!! Espero que no me tomen porque si mi hermana tuvo que esperar a los siete años bien cumplidos… yo cómo voy a ir si ni los seis años cumplí.”- todo esto pensaba y rezongaba para sus adentros la niña.
Realmente la negrita esperaba que la rechazaran en forma indeclinable, por esa razón no puso mucho problema en ir con su madre a hacer esos trámites.

La razón de que le causaba rechazo esa escuela en particular, no era que a la misma concurriese su hermana mayor, su única hermana, no!
Su rechazo se debía a lo imponente que era para la niña las dimensiones de su edificio.
La escuela Carbajal, era de una edificación moderna, amplia en todos sus ambientes:
· Sus aulas muy espaciosas.
· Sus salones, como ser el de música, el de ciencias o el patio cubierto (que se usaba para juegos de invierno, salón de actos, y otras prácticas) de unas dimensiones extremadamente amplias.
· Su patio exterior, que era tan grande, pero tan grande que tenía hacia el final un paseo marcado por una fila de jacarandás. Por el lado izquierdo se encontraba el mástil con la bandera, que para llegar a el tenías que subir seis escalones .
· Luego en el otro extremo, frente a los baños, un ceibo maravillosamente desarrollado.
· Los baños y el ante-baño con los piletones, eran de tal tamaño que negrita se mareaba antes de lograr subir hasta alcanzar la canilla.
· El bullicio de los chicos llenaban todos y cada uno de lo rincones del colegio en los horarios de clase.
· Eso era solamente lo más visto por la niña. Pero
La escuela poseía muchos salones más, porque constaba de dos pisos.

Realmente esa escuela era maravillosa, pero negrita sentía una gran aversión por ella.
Así estaban las cosas, cuando tomada de la mano de su madre, se acercó a la mesa de inscripciones para primer grado.
¿ Y saben que pasó?...
¡Pues la aceptaron!!! Realmente negrita no podía creer que eso le estuviese ocurriendo a ella. No!
“Quién puede ser tan energúmeno como para poder anotar a una niña que no había cumplido ni los seis años??? Ehhh???”.. - se preguntaba negrita
“Pero si ella podía seguir estudiando perfectamente en su casa, tranquilita, hacer dibujos, leer, copiar, hacer cuentas de más y de menos… y junto con ello seguir jugando a las muñecas, ayudar a su mami con los mandados, hacer visitas a los vecinos, ir a la calesita y también al cine y a la plaza…”

“Quién se siente feliz con ello, por supuesto que ella no! Con seguridad que a ella no la hacía feliz en lo más mínimo porque… porque… snifff!
- Y negrita se iba tragando sus lágrimas mezcla de rabia, de impotencia y tristeza.
- Se había pegado mucho a la pierna de su madre, porque era muy grande el miedo que le causaba todo ese entorno.
Lo único divertido de este trámite, fue que a la salida del colegio la mami le compró figuritas y que a partir de ese día también se compraron los útiles y la ropa para ir al colegio.
Pero pasó muy rápido el tiempo, y un buen día:
“Hoy comienzan las clases!!! Jajaja…” - Gritaba contenta su hermana mayor, su única hermana.
No era extraño para nadie, que la mayor se pusiese así de eufórica y alegre… por algo la llamaban la “Sarmiento”. Porque el amor que sentía por la escuela y por aprender y por estar muy junto con las maestras y los libros, era muy conocido.
- Pero negrita la miraba con cara de no entender nada.” En dónde fabricaron a mi hermana? Prefiere los libros a los juegos. Prefiere la escuela a la casa con mami y papi… No la entiendo”- así pensaba de su hermana mayor, la niña.
A ponerse el delantal!!! Vamos que se hace tarde!!!
Las apuraba su madre y también la tía Gringa que era la que más adelante las iba a llevar y las iría a retirar del colegio.

Y así fue que llegaron al colegio y negrita no pudo seguir tomada de la mano de su mamá, cuando su hermana ya hacía un rato largo que se había perdido entre ese mar blanco de niñas de delantal que estaban gritando y riendo llenas de alegría por el reencuentro con sus compañeros .

Y negrita se encontró sola en medio de todas ellas, arrastrando su gran portafolios que seguro lo habían elegido para que la acompañase hasta el último año de estudio.
¡Pobre negrita! ¡Era propiamente la misma imagen de la soledad! Sus ojos de bolita trataban de estudiar todo el entorno, pero era tan grande su terror que no lograba enfocar nada.
En esa circunstancia se hallaba la niña, cuando alguien la tomó de la manga de su delantal y la acercó a una fila de niñas.
No pudo agradecer nada porque cuando fijó sus ojos en la derecha de su persona: dio con un paredón negro con algo de blanco…. Y no vio nada más…
Cuando se alejó la mole negra, divisó a una mujer muy mayor, grande de ancho y de alto, como un viejo muro, de esos que salen en los cuentos de terror.
Pero lo peor de ello era que resultó ser su maestra.
- “¡No Señor, por favor que no sea cierto! ¡ Me da mucho miedooo! ¡Que sea un sueño, un mal sueño! No puedo tener tanta mala suerte …
- “Cómo puede ser que me toque algo tan feo y terrorífico??? Ehh???
- “¡Me parece que me la voy a ver muy fea con esta mujer!
Y negrita trató a partir de ese momento de pasar lo más desapercibida posible.( Bajo perfil diríamos ahora).
- ¡Firmes! Silencio!!! Claramente se escuchó la orden
- Y en ese momento entró la bandera… (esto es muy lindo, sipi, me gusta- se dijo la negrita)
- Luego se cantó el Himno Nacional Argentino
- “Menos mal que mi hermana me lo enseño!” –pensó la niña.
- Luego tomó la palabra una señora que resultó ser la directora: rubia, alta, con tantos rulitos en la cabeza pero tan parejitos y prolijos que a la niña le “sonó” a peluca. Tenía los labios pintados de rojo-naranja y sus mejillas coronadas por unos círculos color rojo subido, que le causaron gracia a la negrita…
- Y Habló blalbalbalbalba y bla y después se oyó un vozarrón que gritó: “ A sus aulas niños….”
- Por Dios! Es mi maestra! Qué tono! (y qué ganas de hacer pis que tengo yo!) y mientras así pensaba la niña marchaba detrás de las demás.
- Un, Dos. Un, Dos.

Y llegaron al salón de clase y cada uno se sentó en donde más o menos le pareció.
A poco, la maestra comenzó a pasar lista.
A ver…. ( llamaba y miraba por encima de sus anteojos de marco pesado que a pesar de ello no lograba tapar sus cejas espesas y canosas).
Así llegó a pronunciar el apellido de la negrita...
· “¿Vie..? ¡Qué?!...
· “A verrrr?... Usted es la hermana de M.V???
· “Pase al frente que quiero verla…
Negrita estaba como soldada a su banco, y tenía sus raquíticos deditos incrustados en el pupitre, dado el terror que tenía…
· “¡No puedo, no puedo! ¿Cómo hago? ¡Me voy a hacer pis, le tengo mucho mieeedooo!” - se decía la negrita muerta del susto.
· “Vamos, es sorda?”Insistía la dama de negro.
· “ Y… allá voy, seguro que como la del cuento me toca el brazo para ver si estoy gordita y me come… Ésta si que me come!!!” – pensaba la niña como para distenderse y lograr separar los dedos del pupitre.
Una vez colocada frente a la mira de la mole de luto, o sea dentro del campo visual de la maestra, la misma la relojeó de arriba abajo y largó el siguiente sermón:
· Espero que sea tan obediente como su hermana.
· Espero que sea tan inteligente como su hermana.
· Espero que sea tan puntual como su hermana.
· En fin, esfuércese en ser lo más parecido a su hermana y le va a ir muy bien” mi hijita”.
· “A esto lo veo cada vez más difícil”. – razonó la niña después de haber escuchado semejantes palabras.
· “Entenderá esta mujer, que yo no soy mi hermana?”- se preguntaba negrita.
· “Entenderá esta mujer, que yo tengo dos años menos que mi hermana mayor, mi única hermana?- Se seguía interrogando interiormente.
Desgraciadamente, tal cual imaginó la niña, la relación con esa maestra no solamente fue nefasta para su cotidianeidad sino que la marcó a fuego para toda su vida.
Lo más terrible que le sucedió en esa primera experiencia con la escuela, ocurrió después de una clase de matemáticas.
Vamos a recordar lo sucedido:

Tenían que sumar lo siguiente:
· Una ratita + una ratita = dos ratitas
Pero a negrita a pesar de que ya se cumplían casi dos años desde que ella sabía leer y escribir, con esta maestra no lograba trazar dos palotes prolijos por el miedo con el que siempre trabajaba.
Debido al problema ya expuesto, la niña no lograba dibujar perfecta su ratita y” borra que te borra”… terminó haciendo un agujero en la página. Página que luego tenía que ver la maestra y colocar su calificación!

Mientras decía sin parar sus conocidos mantras… le pedía a Dios y a todos los Santos que le diesen una idea de cómo solucionar ese desastre.
Y la idea surgió. “Ma sí mecachoendié” yo le pego un pedazo de hoja por atrás, la pego con saliva, (porque no tenía pegamento) y le dibujo encima…”
Y así lo hizo.
Y se fue a hacer la cola para que una vez frente al escritorio de la maestra, esta efectuara la corrección.
Lo que no pudo prever la niña, era que mientras transcurriese en espera el adhesivo (su saliva) se iba a secar y que pasaría el gran drama jamás imaginado por la niña ni por sus compañeros…

Cuando la “mole negra” tomó el cuaderno que amorosamente le extendía su alumna,( la hermana de MV. la mejor del colegio…) y vio lo que quedó expuesto… Un hermoso agujero en medio de la hoja que tenía que estar prolija y perfecta ante su mirada escrutadora… Entonces… acto-seguido:
Se levantó, llena de furia, y con una carga de indignación y de odio (quien sabe traído de qué orígenes de su historia), revoleó el cuaderno de negrita y lo estrelló contra la pared del fondo, y dio la orden menos pensada por le niña.. “Vaya a buscarlo!
Vaya, inmediatamente! Ya! le digo!”
- Negrita no podía pensar…
- Casi no podía respirar…
- Su cara ardía por la impotencia…
- Su cara ardía por la vergüenza…
- Sus pies no respondían a la orden de avanzar.
- Y todo lo que la rodeaba comenzó a tomar unas dimensiones casi de pesadilla.
- A ver: un paso – otro paso – otro y otro paso más…
- Y así comenzó a avanzar por entre los pupitres que a la sombra del largo y grueso brazo de la Dama de Negro parecían crecer y curvarse formando un túnel por donde tenía que caminar la pequeña.
- Parecía que en la misma proporción que aumentaban de tamaño los pupitres, la pared del fondo se alejaba y los pies de la negrita se volvían más pesados.
Por fin llegó hasta donde estaba su cuaderno, destartalado por el impacto y lo levantó y cuando iba a ir nuevamente hacia el escritorio, la maestra con una actitud de desprecio le gritó: ¡No! váyase a su banco! Usted es una vergüenza!
Y negrita sintió que se moría… trató de pensar en otra cosa. Pensar por ejemplo:
· en las figacitas con manteca y azúcar que su mamá le preparaba para cuando volvía del cole…
· En sus muñecas, que le esperaban para que ella las vistiera y las mimara un poquitito…
· En sus amigas, que seguro alguna querría jugar a las figuritas…
· En su papi, que el sábado la llevaría de compras a la Avda. El Cano…
· En su tía Gringa, que estaría ya apostada en la pared de enfrente del colegio esperando que ella salga y le daría el abrazo y con su gran sonrisa le preguntaría: “¿Y? cómo te fue hoy?”
· En el Vascolet de la tarde.
· En la radionovela, que escucharía bajito en la radio de la cocina mientras tomaba la leche y su mamá…
· En cualquier cosa, menos en esa realidad…
Cuánto le dolía el corazón y la panza!
Y como negrita era de buscar soluciones estaba muy decidida en encontrar, aunque sea en la magia, una solución a este problema.
Lo más traumático de esta situación, era que la salud de la negrita se estaba deteriorando.
Ella no almorzaba, o casi nada, de lunes a sábado.
Varias veces le tuvieron que buscar desde su casa, para retirarla del colegio en posición fetal y con grandes dolores abdominales.
A decir del doctor de la familia eran espasmos musculares. Pero negrita sentía morir más de una vez en esa escuela.
Ya estaban pensando seriamente en retirarla del colegio.
También negrita se mantenía activa y mucho. En todo momento repetía sus conocidos mantras, y además todos los domingos acompañaba a su hermana mayor a misa en la Parroquia de San Roque. Una vez en misa, subía a visitar al Santo y le prometía mil cosas, con tal de que se llevara de su lado a esa mujer de negro, su maestra, que era tan mala con ella y a la que ella le tenía terror.
Así estaban las cosas cuando…
Negrita estaba formando para entrar a clase cuando vio al frente de la misma a un Sol de maestra…
Pequeña, de dulce sonrisa, de mirada cariñosa, y cuando les dijo: “A clase niños…” su voz sonó como la de un ángel.
· ¿Será verdad?
* ¿Tendré esa suerte?
* ¿Será milagro de San Roque?
* ¿Será milagro de Santa Evita?
“Si esta maestra se queda conmigo, no me voy a olvidar jamás de lo que me ayudaron mis mantras. Mis santos, mi Dios.”
“Gracias Dios mío !!! Te debo otro mas !!!”

Muchas veces en su vida, negrita repetiría esta corta oración, como gratitud y alabanza …


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