Alguien dijo:
"Caminé dos pasos y ella se alejó dos pasos
Caminé cinco pasos y ella se alejó cinco pasos
Para qué sirven las utopías?
Para seguir caminando...! "
Y yo mirando su retrato y recordando lo que de su vida fué.
Quise escribirlo.
Repetir esa frase para acompañarla lo vale. Bien lo vale!
Ella siempre caminó.
Si se debía cambiar de rumbo... lo hacía..
Pero siempre con un salto hacia adelante, como quien huye por su vida.
Como quién considera que tiene todo el derecho de seguir viviendo.
Esa mujer que para el peruano Parra era vista como una campesina diáfana.
Que para el mexicano Siqueiros debería ser plasmada como una ninfa, una nereida. Alguien cautivador más que bello o perfecto.
Esa mujer que era cautivadora del ojo del artista y del ojo de la cámara.
Todos enamorados de ella. Caían bajo sus ojos de mirada inquieta, inteligente y traviesa, sus marcados pómulos y su cabellera espesa...
Personalmente creo que su mirada cómplice, de par en todo... en el arte, la política, el deseo de amor... era lo que volvía locos a los hombres, más allá de ser atractivamente bella.
Esa mujer con pasos cortos pero decididos, recorrió distancias y sin "querer -queriendo" unió en su vivir a grandes personalidades de las artes, de la política, del poder... en fin grandes personajes de la historia.
Vivió la izquierda de méxico y su gente y vivió la Argentina de Perón.
El Chile de Neruda y de Violeta Parra... y también el de Pinochet.
Ella vivió una historia de "Poesía, de Amor y de Muerte".
...
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